”Ha sido un gran honor estar en mi puesto, muy gratificante pero también muy solitario y estresante a veces. Durante años casi tuve que renunciar a mi vida personal para mantenerme en el puesto. Ha sido una vertiginosa montaña que escalar, pero ahora siento que hemos, si no alcanzado la cima, al menos asentado el campamento base cerca de ella.
La idea fundamental era empoderar a las Sociedades Nacionales para que implantasen programas de apoyo psicosocial para promover el bienestar psicosocial del personal, los voluntarios y beneficiarios (aunque ya no debamos seguir llamándoles beneficiarios). Me ha inspirado ver lo resilientes que son tantas personas.”
– Nana Wiedemann, IFRC”A pesar de nuestras diferencias culturales seguimos teniendo los mismos sentimientos”
”No puedo definir con exactitud lo que para mi significa la diversidad en el liderazgo – si pudiera se lo preguntaría a mi equipo. Pero, reflexionando sobre ello diré que me gusta trabajar con personas de distintas partes del mundo, de diferentes colores de piel, habilidades y personalidades. Intento tratar a todos con respeto y entendiendo que el que nuestras habilidades difieran es la clave para que nuestro esfuerzo resalte, si conseguimos abrazar la diversidad.
Creo que la IFRC necesita más mujeres líderes. Con más mujeres liderando tendríamos más modelos a seguir y también una mejor red personal capaz de moldear los valores y formas de gestionar y trabajar con la gente. Mi experiencia es que mi situación a día de hoy es la que es gracias a líderes femeninas que me ayudaron a vislumbrar la posibilidad de llegar a influir, y que aun creyendo no ser la perfecta para el puesto se puede realizar el deseo de influir y liderar.”
– Nana Wiedemann, IFRC”En mi opinión seguimos viviendo en una red y un mundo masculino y no es fácil llegar a la cima”
”Creo que hay muchas maneras de coadyuvar al cambio: apoyándonos como mujeres, ayudándonos mutuamente, compartiendo lecciones aprendidas, contribuyendo a empoderar y a promocionar a otras mujeres, resaltando nuestras fortalezas y vulnerabilidades y abriéndonos para mostrar los aspectos más amables de nuestras personalidades. Compartir es cuidar, y según se asciende jerárquicamente más necesario es disponer de espacios seguros donde nos podamos abrir y compartir sin temor a la exclusión.
Tengo muchos sueños, y entre ellos el de que a través del trabajo realizado en el Centro de Referencia Psicosocial de la IFRC podamos continuar marcando la diferencia y sensibilizando sobre la importancia de la salud mental y el bienestar psicosocial también en el ambiente laboral.”
7 mujeres jóvenes por cada 10 hombres jóvenes completan la escuela secundaria superior en países de bajos ingresos. Si queremos más mujeres líderes futuras, debemos cerrar la brecha de género en la educación.