Ibraimova Raisa Belekovna comenzó su actividad profesional en 1962 como jefa de la clínica ambulatoria del pueblo de Severnaya y más tarde fue nombrada médico responsable del hospital de distrito de Cholpon-Ata. En 1969 fue elegida presidenta del Comité Central de la Sociedad de la Media Luna Roja de Kirguistán URSS.
Todos los que alguna vez tuvieron contacto con Raisa Belekovna la recordarán: era una mujer encantadora en quien sabías que podías confiar desde el momento en que se presentaba. Se relacionó con muchas personas. Visitó cada uno de los distritos, hospitales y residencias del país donde habló con cada unos de los empleados, desde los jefes sanitarios hasta las enfermeras. También viajó para reunirse con grupos de diversas instituciones y organizaciones para hablar de la Cruz Roja y de la importancia de la donación de sangre, logrando concienciar y así incrementar dichas donaciones, hasta tal punto que Kirguistán jamás tuvo escasez aguda de sangre, fundamentalmente gracias a los miles de donantes que siguieron las recomendaciones de Raisa Belekovna.
En 1967, a la Cruz Roja Soviética, a la que en aquellos tiempos pertenecía la Media Luna Roja de Kirguistán, le fue otorgada la Orden de Lenin por logros excepcionales en la sanidad pública soviética y su activa participación en actividades humanitarias. Fue en esos años en que el Movimiento se dedicaba prioritariamente a mejorar la atención a la salud pública en el país.
Valga como ejemplo 1970. La Media Luna Roja, bajo la tutela de Raisa Belekovna, formó a 13.000 inspectores de salud pública para llevar a cabo un trabajo de divulgación de medidas para prevenir enfermedades infecciosas y sobre la necesidad de acceso a la atención médica adecuada. A la vez, se distribuyeron entre la población con la ayuda de la aviación sanitaria, más de 100.000 folletos sobre la prevención de enfermedades gastro-intestinales agudas. Debido a este esfuerzo conjunto de la Media Luna Roja y las autoridades sanitarias la esperanza de vida media aumentó de los 40 años en 1939 hasta los setenta años.
– Ibraimova Raisa Belekovna, KirguistánSe preocupaba profundamente por las personas
Durante esos mismos años hubo multitud de accidentes automovilísticos en el país. Dado que prácticamente no existían teléfonos, la mayor parte tenían consecuencias fatales. Cuando ocurría un accidente los implicados a menudo tenían que rogar a los conductores o pasajeros de otros coches que les condujeran a la ciudad más cercana donde hubiese teléfono para pedir una ambulancia. Ello demoraba la llegada del equipo médico y en los peores casos, causaba muertes por la incapacidad real de tener asistencia.
Beleknova tuvo claro que algo tenía que cambiar, y así propuso establecer puestos médicos a lo largo de las carreteras. Un proyecto inmenso, pero Beleknova hizo que fuese posible. Con el paso del tiempo se establecieron estaciones sanitarias de forma alternativa cada 15 Km a lo largo de la autovía de Issyk-Kul. Los dispensarios médicos se ubicaron en domicilios privados y los equipos de la Media Luna Roja enseñaron a los miembros de las familias a prestar los primeros auxilios y, donaron asimismo los equipos necesarios para ayudar a los heridos, incluyendo una línea telefónica.
Beleknova se preocupaba por las personas. Bajo su liderazgo se inauguró en 1990 una residencia de personas mayores en Kara-Balta. Entre 1995 y 2001 La Media Luna Roja entregó más de 500.000 paquetes humanitarios con alimentos y más de 250 toneladas de ropa a ancianos en condiciones de soledad, personas con discapacidad, huérfanos, familias con muchos hijos y refugiados. El personal y los voluntarios de la Media Luna Roja aun guardan cariñosos recuerdos de ella.
Es más probable que las mujeres disminuyan y subvalúen sus habilidades y logros profesionales que sus contrapartes masculinas.