Nacida en 1851 en una antigua familia de la gran burguesía liberal y protestante en Ginebra, Alice Favre creció en un ambiente social y cultural impregnado con filantropía y bienestar social. Su padre, Edmond, un hombre de negocios y diputado en el Gran Consejo de Ginebra, fue uno de los primeros miembros del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). A la edad de 13 años, gracias a la posición privilegiada de su familia, Alice Favre fue testigo de la firma del Primer Convenio de Ginebra en agosto 1864. Este hecho histórico dejó una impresión duradera en la joven.
Desde el principio, la difusión de las ideas de Henry Dunant por todo el mundo se debe, en gran parte, al apoyo que tuvieron entre las mujeres. En Ginebra, fue bajo la iniciativa de Alice Favre y otros dos filántropos el que se estableciera una Sociedad de Damas en 1889, dos años antes de la fundación de la Sociedad de Caballeros de Cruz Roja. Independiente y brillante, Alice Favre era conocida por su gran corazón y su compromiso con el feminismo.
– Alice Favre, Suiza"Yo fui una feminista antes de tiempo"
A pesar de los prejuicios de la época, ella rompió con los convencionalismos de su ambiente social, convirtiéndose en una miembro destacada de la sociedad de Ginebra para el voto de las mujeres. También llevó las Damas de la Cruz Roja de Ginebra a la Federación Nacional de las Asociaciones de Mujeres Suizas.
Durante los sucesivos mandatos en la dirección de varias organizaciones, Alice Favre continuamente defendió la idea de la salud pública: luchando contra enfermedades infecciosas, apoyando al trabajo de los Samaritanos, y creando aulas sobre el cuidado del paciente. Paralelamente, luchó para favorecer la situación de las enfermeras, apoyando la creación de un hogar para enfermeras en Ginebra, seguido por un dispensario social de higiene. Al principio, secretaria de la Sociedad de Damas de la Cruz Roja, llegó a ser su presidenta en 1898, en un momento en el cual el nuevo secretario general de la CRS, Walther Sahli, estaba sentando las bases para la formación profesional de las enfermeras. Prestando servicio juntos, ella jugó un papel decisivo en la consolidación del papel de la Cruz Roja en tiempos de paz.
En 1914, con el estallido de la Primera Guerra Mundial, Alice Favre fue elegida presidenta de la sección de Ginebra de la CRS, la cual había sido fundada después de que se fusionaran las Sociedades de Damas y Caballeros. La primera mujer en liderar una asociación cantonal de la CRS, siguió siendo presidenta hasta 1920. Con su misión de ayudar a víctimas de la guerra, su presidencia estuvo marcada por ser una mujer de acción, extremadamente dedicada, que ayudó a propagar, por todo el mundo, la imagen de Ginebra como un centro humanitario.
Como cuando se unió a la gestión de la CRS en 1919, Alice Favre era una vez más, a la edad de 68 años, una pionera social. En el mismo día que Carl Bohny, con quien ella había trabajado estrechamente durante los años de la Guerra, se convirtió en presidente de la CRS, su nombramiento puede verse como un tipo de consagración. Como representante de la CRS fuera de Suiza, asistió como delegada suiza a las Conferencias Internacionales de Cruz Roja en San Petersburgo en 1902 y en Washington en 1912. Finalmente tuvo que renunciar a su posición en 1923 debido a una enfermedad debilitante y murió en Ginebra el 3 de Febrero de 1929.
La investigación muestra que los equipos gerenciales con diversidad de género están relacionados con resultados de desempeño positivos.