“Cuando me incorporé a la Cruz Roja había un conflicto abierto en mi ciudad natal. Diferentes grupos armados estaban luchando entre ellos. Nosotros como voluntarios facilitamos toda la ayuda que pudimos dar. Estuvimos recaudando fondos, compartiendo información sobre cuestiones de salud estacionales y localizando a familiares perdidos. Pero debido a que mucha gente fue herida durante el conflicto, también tuvimos que hacer Primeros Auxilios y cuidar a las víctimas. Proporcionamos ayuda a todos, sin importar a qué grupo armado pertenecieran, porque eso es lo que la Cruz Roja hace.”
“Tengo un vivo recuerdo de mi tiempo como voluntaria. Un camión lleno de mujeres y niños fue atacado por uno de los grupos armados porque el conductor era del ejército. Mataron a varios de ellos, a otros los hirieron. Nosotros, los voluntarios de Cruz Roja, tuvimos que asistir a los doctores y enfermeras tanto como pudimos. Fue muy agobiante. A altas horas de la noche llevamos a las víctimas en coche al hospital más cercano. Íbamos en un coche militar. Estaba aterrorizada por si alguien nos fuera a atacar. Me puse muy contenta cuando llegamos al hospital.”
Por suerte esta experiencia no frenó a Aye Aye Nyein. Gracias a todo su duro trabajo en el campo, en la sede central de la CR de Myanmar la contrataron como empleada de la Cruz Roja en 2005. Hoy es la Directora de un complejo departamento de programas en Rakhine. Cuando Aye Aye Nyein llegó a Rakhine hace tres años, la Cruz Roja sólo le ofreció apoyo de emergencia. Junto con sus compañeros creó un departamento fuerte que ahora ofrece varios programas a largo plazo centrándose en mejorar la situación de la población vulnerable y contribuyendo a favorecer la cohesión social en un área muy politizada de Myanmar. Un resultado del que está orgullosa. Pero hay una cosa que incluso la hace aún más orgullosa.
“En el estado del norte de Rakhine actualmente tenemos voluntarios Rakhine y Musulmanes trabajando codo con codo. Eso es una mejora enorme en comparación a hace unos años. Esperamos que nuestro trabajo de resiliencia, a largo plazo pueda continuar en los años venideros a pesar de la tensión creciente entre los diferentes partes en la región”
Las mujeres ocupan solo el 12 por ciento de los asientos de la junta mundial.