Desde los bancos del Lago Zurich hasta las orillas del Mar del Sur de China
La Guerra de Vietnam duraba ya más de 10 años cuando la Cruz Roja Suiza (CRS) decidió desplegar un equipo médico ahí. Como jefe de un equipo de enfermería pediátrica, la Dra. Rosmarie Nüssli, estaba a cargo de un hospital en Da Nang cuando la más larga ofensiva militar hasta la fecha irrumpió en la ciudad. Con solo 30 años de edad, la joven pediatra se encontró a si misma frente a una situación altamente peligrosa. Las dificultades de proveer cuidados en un ambiente inseguro fueron agravadas por problemas serios de seguridad. A pesar de todas las adversidades, decidió no evacuar.
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Nacida el 4 de febrero de 1937 en el pequeño pueblo de Tübach, Rosmarie Nüssli soñaba con llegar a ser una doctora. Como el instituto no era una opción para una mujer joven en esa época, se resignó a formarse como secretaria y encontró un trabajo de oficina. Pero no renunció a su sueño. Asistió a clases por la tarde para obtener las calificaciones requeridas para la Universidad e ingresó en la facultad de medicina en Zurich. Recién salida de la escuela de medicina, la Dra. Rosmarie Nüssli comenzó a trabajar en el hospital infantil de Zurich. Era justo la época en la que el hospital había firmado un acuerdo con la CRS. Esto le dio la oportunidad de desplegar en Vietnam una misión humanitaria. Al final de 1967 se hizo cargo de un equipo de tres enfermeras suizas asignadas a un Hospital Infantil de Vietnam.

Con el objetivo de mejorar el cuidado médico de los niños enfermos, la CRS tenía un hospital en Da Nang. Situado a 200 km al sur de la línea divisoria, esta población costera de 250.000 personas proporcionó refugio para un gran número de personas que huyeron del conflicto. El objetivo de la CRS fue cuidar de los niños hospitalizados, formar al personal local de enfermería en cuidados pediátricos y organizar el hospital hasta que pudo ser cedido a las autoridades médicas vietnamitas.

Desde el momento que ellos empezaron a trabajar el 1 de enero de 1968, el equipo de la Dra.Nüssli afrontó condiciones muy difíciles. La higiene era inexistente- no había suficientes pañales, colchones o sábanas y a menudo ni agua corriente. El hospital estaba lleno a reventar- solo 70 camas pequeñas para más de cien niños enfermos. Además, cada paciente estaba acompañado por un pariente porque las enfermeras vietnamitas básicamente sólo administraban medicamentos o inyecciones.

"Los niños sin familiares ahí para cuidar de sus necesidades básicas, no tenían oportunidad de salir adelante"

– Dr Rosmarie Nüssli, Suiza

En general los niños estaban en un estado lamentable cuando llegaban al hospital- a menudo muy sucios y totalmente exhaustos. Muchos sufrían malnutrición severa, infecciones parasitarias y diarrea. Hubo también bebes prematuros, la mayoría apenas pesaban más de un kilo. Todos habrían necesitado cuidados intensivos elevados. Pero la Dra. Rosmarie Nüssli no dio pie a la desesperanza ni a la resignación. Admiraba el extraordinario temperamento de los niños; ellos eran impredecibles y con recursos. Luchar contra todos los pronósticos para salvar la vida de cada niño “nos ayudó a mantener nuestra humanidad”, recuerda.

En la tarde del 30 de Enero de 1968, durante el Festival Tet- El año nuevo Vietnamita- las fuerzas del norte de Vietnam y del Viet Cong del sur iniciaron una ofensiva mayor contra las poblaciones principales de la región. Gestionaron la toma de control de varios vecindarios en Da Nang. Habiendo pasado la noche junto a la cama de sus jóvenes pacientes, las enfermeras suizas escaparon por poco de los ataques violentos. Mientras la delegación suiza en Kontum fue rápidamente evacuada a Saigón, la Dra. Rosmarie Nüssli y su equipo decidieron continuar con su misión a pesar del peligro constante.

La ciudad se fortificó. Los delegados de CRS no fueron autorizados a volver a sus alojamientos. Para su propia seguridad, se quedaron en el MS Helgoland, el barco hospital de la Cruz Roja alemana, que estaba allí para tratar a civiles heridos. Durmieron a bordo durante varias semanas. Cada tarde el barco humanitario navegaba mar adentro y echaba el ancla lo suficientemente lejos de la costa para evitar ser un objetivo. Gracias a esta auténtica 'isla de seguridad', las jóvenes mujeres pudieron llevar a cabo su trabajo en el hospital durante el día. Por lo tanto, consiguieron estar en Da Nang a pesar del giro dramático de los hechos. Finalmente, la misión continuó hasta Junio de 1968.

Dr Rosmarie Nüssli

Suiza, 1968

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La investigación muestra que los equipos gerenciales con diversidad de género están relacionados con resultados de desempeño positivos.

– Barriers and Bias: The Status of Women in Leadership, American Association of University Women

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